Bienvenidos a El Opinatario, un espacio de libre expresión.

A la mayoría de los mortales nos fascina un deporte: el de opinar. Opinar porque sí, porque tengo ganas, porque en casa no me dejan, porque algo me gusta, porque algo no me gusta, porque estoy al pedo o en pedo, porque ví algo y quiero comentarlo, porque la vida es bella o porque la vida es un camino difícil. Porque opino igual o porque opino diferente. Porque tengo algo original para decir o porque hay cosas que deben repetirse.

Opinemos desde lo que somos, de pies a cabeza. Escribamos textos intensos. La vida es, a veces, una colección de pasajes de ida. En este viaje, desde mi más médula, me pongo a pensar, y (se) me ocurren cosas. Tengo algo para decir, porque de esto sí se habla. Y de aquello también.

La propuesta es sencilla, voy a ir escribiendo sobre temas de actualidad, sobre pequeñas cosas, sobre temas universales que a todos interesan y sobre cosas particulares que importan un bledo.

A pesar de lo diverso, el blog tendrá un perfil claro. Los posteos siempre estarán escritos de manera literaria. No pretendo constituir verdades. No soy un formador de opinión ni quiero serlo. No es mi intención herir a nadie. No soy Chiche Gelblung, Santo Biasatti, Fernando Peña, Roberto Pettinato, Luisa Delfino, Jorge Bucai, Gabriel Rolón, Alejandro Dolina ni Sai Baba (mis perdones a ellos por ponerlos uno al lado del otro, je...) Soy un tipo (no tan) común y (menos) corriente, que tiene ideas como todo el mundo y quiere expresarlas en paz y libertad, compartiendo con otros su punto de vista, sin sentirme por encima ni por debajo de nadie.

Los lectores y visitantes, están invitados a opinar y sugerir temas para el debate. Si alguien tiene un texto o artículo de opinión que vaya con el perfil de este espacio, puedo subir su escrito. Porque opinar solo es aburrido, ¿no?

Colaboremos, debatamos, hablemos en voz alta. Porque en este loco mundo, opina cualquiera...